Esta semana hemos estrenado sección, aprovechando la revisión sistemática realizada por Brotons C. Moral I. en la Revista de Atención Primaria 2010;42(9):470-481. Titulada "prevención primaria de la enfermedad cardiovascular con aspirina: ¿qué dicen las guías de práctica clínica?" (precisa suscripción).No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino. Johann Wolfgang Goethe
A partir de la publicación en marzo del 2010 del editorial del British Medical Journal, titulado ‘no usen aspirina para la prevención de la enfermedad cardiovascular’, en base a los resultados de varios meta-análisis publicados (JAMA 2008; BMJ 2008; Lancet 2009) inició la presión sobre los paneles de expertos encargados de formular las ‘guías de buena práctica clínica’.
El planteamiento de la sesión, no era sumarnos a las conclusiones del artículo "Existe una alta variabilidad entre las guías respecto al nivel de riesgo a partir del cual se deberían tratar los pacientes y en las dosis recomendadas. La mayoría de las guías recomiendan aspirina en prevención primaria en pacientes diabéticos, aunque existen discrepancias entre grupos internacionales e incluso en diferentes documentos de una misma sociedad", ni mucho menos arrojar luz a esta discusión.
Nuestra preocupación era conocer ¿que estábamos haciendo en nuestra práctica diaria con nuestros pacientes con enfermedad cardiovascular, en especial con los diabéticos, en relación con la inclusión de la aspirina en su plan terapéutico? y plantear eso que se llama "consenso".
En resumen, observamos que en lineas generales seguíamos sin considerar las recomendaciones de las guías en nuestra práctica diaria, y que a pesar de las discrepancias, seria momento para plantearnos,de forma individualizada y en prevención primaria, la posibilidad de utilizar aspirina en pacientes con enfermedad cardiovascular y/o diabetes, considerando los siguientes aspectos.
- Presencia de Insuficiencia Renal Crónica Grado III a V.
- Riesgo cardiovascular elevado (RCV a 10 años >10%), deberíamos unificar las tablas usadas para su cálculo y considerar los factores modificadores del riesgo.
- Riesgo individual de hemorragia para el paciente.
- Edad mayor de 50 años en varones y 65 años en mujeres (en diabéticos de más de 15 años de evolución).
- En caso de Hipertensión, que esta esté controlada.
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