Hoy Enrique (R4 MFyC) nos ha demostrado la importancia de exploración en la valoración del paciente con dolor. A partir de un cuadro de dolor de larga evolución diagnosticado como de "ritmo artrósico", hemos reflexionado acerca de la importancia de la exploración vascular de pulsos ante el paciente con Hipertensión Arterial y Riesgo Cardiovascular añadido, así como el hecho de vencer la pereza de "repensar" al paciente realizando "reencuadres" sobre las primeras hipótesis, como nos orienta F. Borrel en el Capítulo 2 "escuchar al paciente" y capítulo 3 "datos de calidad para buenos diagnósticos" del libro Entrevista clínica Manual de estratégias prácticas; cuando habla sobre los errores de actitud a evitar "ya se lo que le pasa al paciente" y el "anclaje diagnóstico" en la entrevista diagnóstica.No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido. J. R. R. Tolkien
Me ha parecido de interés extraer el apartado que hace referencia al "mapa basal de quejas" del artículo "Demanda y queja en la entrevista clínica, conceptos clave para una práctica clínica segura" (Borrell i Carrió, F. Med Clin (Barc). 2011;137(5). precisa suscripción).
Entendemos por mapa basal de quejas los síntomas producidos por entidades ya diagnosticadas y conocidas. Un paciente prostático entenderá como normal la falta de fuerza en el flujo de la orina, la nicturia y la mayor frecuencia de micciones. Si recibe el tratamiento adecuado, es poco probable que vuelva a consultar, a menos que estos síntomas progresen o se hagan tediosos. Por consiguiente, estabilizará un mapa basal de quejas. Una expresión muy típica de este proceso es cuando los pacientes comentan: «de esta molestia al orinar ya no le digo nada porque la tengo de siempre».
Una vez que establecemos un mapa basal de quejas, ocurren 2 tipos de errores: tomar como «viejos» síntomas que en realidad son nuevos, o viceversa, tomar como nuevos síntomas que en realidad ya habíamos identificado en el mapa de quejas basal. Llamaremos (siguiendo la nomenclatura estadística) al primer error «tipo β», o falso negativo, y al segundo error «tipo α», o falso positivo. Un paciente prostático que interpreta como «propio de su prostatismo» el hecho de orinar sangre cometería un error tipo β. Este tipo de error, en general, tiene por consecuencia demorar la consulta a un médico. Un paciente artrósico que nos consulta reiteradamente porque cree que sus síntomas se deben a otra enfermedad reumatológica grave y no diagnosticada cometería un error tipo α. Puede apreciarse fácilmente que el reto para el paciente está en evitar, sobre todo, los errores tipo β, es decir, «no darse cuenta» de que le ocurre algo «nuevo».
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