Las revisiones de salud que a menudo incluyen una analítica sanguínea, con periodicidad habitualmente anual, son un fenómeno extendido en las consultas de los centros de salud y la tendencia es al alza. Su objetivo es detectar factores de riesgo o enfermedades en fase inicial para, mediante intervenciones precoces, mejorar la salud de la población. La evidencia actual no las recomienda por la desfavorable relación entre beneficio y daño. Resulta arduo persuadir a los pacientes en «el no hacer» y enmendar la rutina actual de «analítica anual y completa». Las fuentes Right Care recomiendan no realizar análisis de chequeo en la población adulta sana y asintomática por el riesgo asociado de sobrediagnóstico y sobretratamiento. Instituciones como el United States Preventive Services Task Force (USPSTF) o el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) son de gran ayuda para el clínico en la toma de decisiones. El médico de familia recibe una cantidad importante de resultados de análisis de población sana procedente del medio laboral. Ello genera una cuestión ética: ¿quién debe interpretar los resultados?, y una cuestión de seguridad, al no conocer los motivos. El consentimiento informado en las revisiones de salud debe ser un proceso de comunicación continua médico-paciente. En el caso de ceder al chequeo analítico, adquiere especial importancia, pues sería el modo formal de asegurar que la información sobre los riesgos es notificada y entendida por el paciente (AMF 2024;20(10):628-635).
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martes, 15 de abril de 2025
Pruebas de Laboratorio: Lo pedimos todo
Las revisiones de salud que a menudo incluyen una analítica sanguínea, con periodicidad habitualmente anual, son un fenómeno extendido en las consultas de los centros de salud y la tendencia es al alza. Su objetivo es detectar factores de riesgo o enfermedades en fase inicial para, mediante intervenciones precoces, mejorar la salud de la población. La evidencia actual no las recomienda por la desfavorable relación entre beneficio y daño. Resulta arduo persuadir a los pacientes en «el no hacer» y enmendar la rutina actual de «analítica anual y completa». Las fuentes Right Care recomiendan no realizar análisis de chequeo en la población adulta sana y asintomática por el riesgo asociado de sobrediagnóstico y sobretratamiento. Instituciones como el United States Preventive Services Task Force (USPSTF) o el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) son de gran ayuda para el clínico en la toma de decisiones. El médico de familia recibe una cantidad importante de resultados de análisis de población sana procedente del medio laboral. Ello genera una cuestión ética: ¿quién debe interpretar los resultados?, y una cuestión de seguridad, al no conocer los motivos. El consentimiento informado en las revisiones de salud debe ser un proceso de comunicación continua médico-paciente. En el caso de ceder al chequeo analítico, adquiere especial importancia, pues sería el modo formal de asegurar que la información sobre los riesgos es notificada y entendida por el paciente (AMF 2024;20(10):628-635).
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