¿Qué puede haber imprevisto
para el que nada ha previsto?
Paul Ambroise Valéry (1871-1945)
En la reunión de hoy se ha presentado los horarios de vacunación y forma de organización para la campaña vacunal de la gripe 2010. También hemos recordado los siguientes puntos de interés:
- Importancia de una actitud activa en cuanto a la captación activa y recomendación de la vacuna antigripal. Esto debe empezar por nosotros mismos asumiendo nuestra condición de "grupo de riesgo".
- Recordamos que, la respuesta inmune y la efectividad vacunal depende de la edad y del estado inmunitario del vacunado. Reduce el riesgo de ingreso hospitalario asociado a la gripe en un 50-60% y el riesgo de muerte asociada en el 80% en los >65 años.
- Se administra preferentemente por vía intramuscular, aunque puede utilizarse la vía subcutánea profunda (evitarla en niños). En adultos y niños mayores de 1 ó 2 años el lugar de elección es la zona deltoidea del brazo. En lactantes y niños pequeños es preferible la cara antero-lateral del muslo. El efecto secundario más frecuente es la reacción local (dolor, eritema, induración), que dura menos de 48 horas, en el lugar de la inyección. Este efecto se presenta en un 10-64% de los vacunados. Estas reacciones locales generalmente son leves y raramente interfieren con las actividades rutinarias
- Hemos recordado los grupos de riesgo como un criterio de inclusión a la hora de hacer estas recomendaciones: Pacientes con enfermedades crónicas (cardiopulmonares, metabólicas); alteraciones renales, hemoglobinopatías o inmunosupresión (incluyendo inmunosupresión debida a la medicación), niños y adolescentes (6 meses a 18 años) con tratamientos prolongados con aspirina; gestantes en el 2º ó 3er trimestre embarazo. Actividad laboral: trabajadores sanitarios y de centros donde están institucionalizadas personas >60 años o con riesgo de complicaciones de la gripe. Convivientes con personas de riesgo de complicaciones. Grupos potencialmente capaces de transmitir la enfermedad a otras personas de alto riesgo (personal médico, de enfermería y cualquier otro personal hospitalario o ambulatorio, empleados de instituciones cerradas y otras instituciones para enfermos crónicos, asistentes domiciliarios y convivientes de personas incluidas en grupos de riesgo), viajeros con factores de riesgo y trabajadores de servicios esenciales para la comunidad como bomberos, policías y profesores.
- Hemos recordado: la vía de administración en caso de pacientes con anticoagulantes orales; la importancia de vacunar a los cuidadores domiciliarios dentro del programa PAD; y las recomendaciones sobre higiene de las manos* de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) para atención primaria (*esta referencia precisa suscripción; incluyo resumen).
- Hablamos sobre la conveniencia o no de informar sistemáticamente de la composición actual de la vacuna, y de la actuación ante pacientes no incluidos en grupos de riesgo: Concretamos dar información si el paciente la solicita informándo que la composición actual inclye las cepas consideradas por la OMS entre las que se encuentra la de la llamada "gripe A". y respecto a los no incluidos en grupos de riesgo se informará tras la reunión de coordinadores en dirección.
Se recomienda efectuar la higiene de las manos en los siguientes momentos y circunstancias:
- Al comenzar y al finalizar el horario de consulta. Antes y después de realizar exploraciones que impliquen un contacto directo y mantenido con la piel del paciente.
Cuando se haya producido una exposición a líquidos corporales, como el contacto con fluidos corporales, secreciones o excreciones, mucosas, piel no intacta u objetos visiblemente contaminados con estos líquidos. - Antes y después del uso de guantes estériles. En este caso, el método de elección en AP es, también, la fricción con preparados de base alcohólica.
- Entre paciente y paciente, según el contacto directo que haya habido entre el profesional y el paciente así como la enfermedad que presente este último. Este es el punto más divergente entre AP y hospitalaria respecto a la higiene de las manos. La alta frecuentación del primer nivel asistencial y la limitación del tiempo disponible obligan necesariamente al profesional a decidir en cada caso atendido la pertinencia de la higiene de las manos. No es lo mismo efectuar un trámite asistencial burocrático, como un certificado médico a un paciente sano, que atender a un paciente con una enfermedad infecciosa en la que las manos desempeñan un papel determinante como modo de transmisión. La importancia de la higiene de las manos en este caso estará relacionada con la magnitud del riesgo.
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